martes, 14 de octubre de 2014

Capítulo 7.

Hugo me coge de la mano durante todo el trayecto a esa "gran sorpresa" de la que me había estado contando pero sin entrar en detalles, "porque claro, es una sorpresa", me dice.
Llegamos frente a una casa de tres plantas que parece que está a punto de derrumbarse. Se escucha la música des de afuera. Entramos y nada mas entrar noto olor a humanidad podrida con sudor de pelotas. Subimos a la primera planta y a la entrada nos piden el DNI. ¿Qué? Oh mierda, no lo llevo encima. Pero, de repente, veo a Hugo sacar un billete de 100 y nos abren la puerta. Hay mucha gente e instintivamente, dentro de mi me encierro en mi caparazón para sentirme más segura. El ruido es ensordecedor, entre la música, la gente hablando y gritando, los gemidos procedentes de los baños portátiles al final de la sala...
Instintivamente noto que alguien me está mirando, giro la cabeza y me topeto con esos ojos que arden en llamas al encontrarse con los míos. Me ruborizo y me pregunto el porque este chico hace que a la mínima me salten los colores. Solo hemos hablado una vez, en el baño de la heladería...me ha parecido  tan especial. ¿Qué hacía allí, en el pasillo? ¿Me estaba esperando? No. Me quito esa idea de la cabeza al instante porque no es posible. Pero, y entonces...? Tiene mi número. Y al pensar esta serie de cosas me ruborizo aún más. Estoy metida en mi mundo cuando siento que alguien me coge por la cintura. Salto enseguida y veo que es Hugo. "La verdad es que me tranquiliza que me abrace, aquí no me siento muy a gusto. Pero me gustaría que fuera el chico misterioso de la heladería", pienso. Nos dirigimos al final de la sala y...MADRE MÍA! NO ME LO PUEDO CREER!!! Visualizo a Gabriel, mi mejor amigo des de la infancia. Se tuvo que mudar a Madrid al empezar 3 de la ESO porque a su padre lo trasladaron allí por el trabajo.
-Gabriel!!!
-Carlota, preciosa!!!
Me acerco a él como puedo y nos damos un súper abrazo-oso que casi me rompe las costillas. Gimo al no poder respirar. Se da cuenta y afloja un poco la fuerza aunque sigue abrazándome.
-¿Qué haces aquí?
-Vine unos días a la ciudad hace un mes y me encontré a Hugo. Le pregunté por ti y me dijo que estabas bien y planeamos esta pequeña sorpresa.
-Oh Gabriel, me alegro tantísimo de verte.
-Y yo también me alegro mucho de verte, pequeña. Pero no he venido aquí para estar de vacaciones, la verdad. Verás Carlota, María tiene cáncer.
-¿Qué? No puede ser. Pero si ella siempre ha estado sana, no recuerdo que nunca se haya resfriado.
-Pues ya ves, le ha tenido que ocurrir eso. Nos dijeron que aquí hacían un tratamiento especial y era mas probable que en su caso, se curase. Aunque no es seguro 100%.
María es la novia de Gabriel. Llevan juntos unos 7 años y la verdad es que hacen una gran pareja. Es una chica majísima y no me esperaba esta noticia.
-Disculpadme, tengo que ir a saludar a un viejo amigo. Carlota vente conmigo y así te lo presento. Hugo te la robo un momento
-Ya no estamos juntos- responde él, cortante.
-Oh vale, no importa.
A medida que nos acercamos ya sé a quien vamos a saludar y a cada paso que doy noto como mis mejillas se enrojecen.

Continuara...

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